Carmen Villalba García

¿Qué es el miedo y cuál es su función?

¿Qué es el miedo y cómo puede sernos útil esta emoción tan desagradable?

Sentir miedo es común en situaciones de estrés o peligro: un examen, encontrarnos con una persona complicada, ir al médico, la incertidumbre, ante una ruptura, etc. Así que sentirlo no es en realidad nada malo, es natural y normal. De hecho aunque parezca lo contrario, el miedo nos protege frente a las amenazas que ponen en riesgo nuestro bienestar. Nos activa a buscar soluciones rápidas y eficaces en apenas unos segundos.

Sin embargo, el miedo se puede convertir en un problema cuando lo sentimos muy frecuentemente, cuando nos supera, cuando nos impide hacer las cosas que queremos, etc. Qué rabia da cuando sabemos que necesitamos enfrentarnos a algo, pero aun así no somos capaces. Qué difícil es vivir con un miedo tóxico y limitante. Queremos aportar nuestro granito de arena para que puedas conocer mejor esta emoción tan potente y universal.

1 ¿Qué es el miedo?

2 ¿Cuál es la función del miedo y cómo puede ayudarnos?

3 ¿Cuáles son los temores más comunes?

4 ¿Porqué sentimos miedos? Las causas del miedo

5 ¿Qué es el miedo “insano”? Cuando el temor se convierte en un problema

¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción básica y natural que se caracteriza por experimentar sensaciones desagradables y relativamente intensas ante la percepción de un peligro o daño, ya sea real o imaginario. Se trata de una reacción de alerta producida por nuestro sistema nervioso central ante un estímulo potencialmente amenazante.

El miedo es una emoción que compartimos con otros animales, aunque en el ser humano los estímulos que lo activan son mucho más variados. No solo están presentes los temores antes peligros físicos, como incendios, accidentes, que puedan amenazar nuestra integridad física. Si no que también el miedo en los humanos se activa ante otros peligros que pueden dañar nuestro bienestar e integración social. Como son el rechazo, la crítica, la soledad, el abandono, etc.

▷ ¿Cómo se manifiesta? Síntomas y efectos

El miedo puede manifestarse de diversas maneras, tanto a nivel físico, emocional y cognitivo. Todas son reacciones difíciles de ignorar, y es que el cuerpo se ha activado, como veremos, para protegernos. Aunque cada persona tiene su propia manera de responder, estas son las respuestas más habituales.

  • Síntomas físicos: aumento del ritmo cardíaco, sudoración, tensión muscular, temblores, dificultad para respirar, para conciliar el sueño. Todos estos síntomas vienen relacionados con la activación del sistema nervioso simpático y la producción de ciertas sustancias (cortisol, adrenalina, noradrenalina).
  • Síntomas cognitivos: aumento de la atención, hipervigilancia, aceleración del pensamiento, pensamientos negativos centrados en la amenaza y sus consecuencias y soluciones o salidas, etc.
  • Síntomas emocionales: inseguridad, estrés, ansiedad, incertidumbre, sensación de opresión en el pecho, etc.

▷ El circuito cerebral del miedo

Cuando percibimos un peligro, se producen en nuestro cerebro una cascada de reacciones químicas y eléctricas en apenas unas milésimas de segundo. Esto es lo que se conoce como el circuito cerebral del miedo. Ante una amenaza se pone en marcha nuestro sistema límbico, que es el conjunto de estructuras cerebrales implicadas en el procesamiento de las emociones. En el caso concreto del miedo, no se localiza en un lugar concreto del cerebro, sino que participan varias estructuras que actúan de forma interactiva.

  • La amígdala: es como un “botón” del miedo. Un núcleo cerebral que se activa ante una amenaza y envía una rápida señal al resto del cuerpo, coordinándose con otras zonas del cerebro para responder. Sabemos que el funcionamiento arcaico de este botón es fascinante, ya que puede activarse incluso antes de que nosotros mismos seamos conscientes del peligro. Por lo tanto, se trata de una respuesta automática y no siempre consciente. En realidad, la amígdala no deja nunca de funcionar. Y es que está siempre analizando el contexto en búsqueda de estímulos potencialmente dañinos.
  • El hipotálamo: se activa y manda señales para la liberación de hormonas del estrés como el cortisol. También induce los cambios corporales (aumento del pulso, respiración, sudoración).
  • El hipocampo: almacena y recupera las memorias relacionadas con experiencias de miedo.
  • La corteza cerebral: activa procesos de atención, pensamientos y memoria. De alguna manera la corteza es la sede de nuestra consciencia y por lo tanto es capaz de conocer y anticipar las consecuencias negativas de una amenaza. En concreto, la corteza prefrontal desempeña un papel en la regulación y el control cognitivo de las respuestas emocionales.

El miedo se activa automáticamente ante la percepción de un peligro o amenaza de nuestra integridad física, psicológica o social. La cascada de reacciones químicas se produce en apenas unos milésimas de segundo.

¿Cuál es la función del miedo y cómo puede ayudarnos?

Aunque suele ser percibido como una “debilidad”, o como algo malo, la realidad es que el miedo es vital para el ser humano. La función del miedo es principalmente la de proteger nuestro bienestar físico, psicológico y social ante situaciones de amenaza. Y es que el miedo es una respuesta adaptativa que activa nuestro cuerpo para responder eficazmente frente a peligros. ¿Cómo nos ayuda a enfrentar la adversidad?

▷ El miedo nos prepara y ayuda a buscar soluciones frente a una amenaza

Al activar el sistema de alerta del cuerpo, aumenta la vigilancia, la atención y la concentración. Estas habilidades nos ayudan a valorar el riesgo o amenaza, y a buscar y anticipar soluciones rápidas para responder eficazmente ante posibles peligros. Esto puede ser crucial para la supervivencia o el bienestar en un contexto determinado.

▷ El miedo nos ayuda a actuar de manera eficaz frente a los peligros

En general el miedo nos estimula a valorar, decidir y ejecutar las estrategias más efectivas para responder ante el riesgo que percibimos. Las conductas de respuesta ante el miedo son:

  • Huida: una estrategia eficaz cuando valoramos que no somos capaces de afrontar el peligro y sí podemos evitarlo. Por ejemplo, evitar encontrarnos con una persona que nos hace daño sistemáticamente y ante quien estamos desprotegidos (por su influencia o posición, por su fuerza o tamaño, etc.)
  • Protección: otro tipo de estrategia que hacemos cuando pensamos que no contamos con las herramientas necesarias para combatir la amenaza, pero no podemos evitar el daño. Así nos protegemos o preparamos de sus posibles consecuencias. Por ejemplo, buscar consuelo y seguridad con alguien de confianza cuando estamos ante una persona dañina que no podemos evitar.
  • Afrontamiento: cuando sí valoramos que podemos enfrentar la amenaza, nos activamos para combatirla activamente. Por ejemplo, decirle a una persona dañina que nos deje de lastimar si nos sentimos preparados y el contexto lo permite.

▷ El miedo nos ayuda a enfrentar situaciones peligrosas en el futuro

El miedo, gracias a la participación de la memoria, nos permite asociar ciertos estímulos peligrosos con experiencias negativas. Y con toda la información que vamos almacenando en nuestra memoria, nos preparamos para responder eficazmente por si en el futuro se vuelven a repetir.

¿Cuáles son los temores más comunes?

Los miedos más frecuentes varían de persona a persona y pueden estar influenciados por factores individuales, culturales y sociales. Sin embargo, los psicólogos sabemos que existen algunos miedos bastante universales que están presentes en muchos de nuestros pacientes.

  • El miedo a la muerte (propia o de los seres queridos), a la enfermedad grave, a envejecer, al futuro.
  • A la soledad, especialmente la no deseada.
  • El miedo al abandono, que nos dejen, que rompan con nosotros o nos dejen de lado.
  • Miedo al fracaso, al error, a tomar decisiones erróneas, etc.
  • Tener terror al propio descontrol, a la locura, o a hacer daño a los demás.
  • Los que aparecen en situaciones sociales. Como el miedo al rechazo, a hacer el ridículo, a la crítica, al qué dirán, etc.
  • El miedo a el miedo; cuando sentimos desasosiego por la posibilidad de volver a sentir pánico.
  • Temores más concretos como el miedo a los animales, a la oscuridad, a situaciones de peligro físico, a los accidentes o desastres naturales, entre otros.

¿Porqué sentimos miedos? Las causas del miedo

El miedo puede ser desencadenado por una amplia variedad de causas, que pueden ser reales o percibidas. Es decir, podemos sentir desasosiego por amenazas reales que sí pueden identificarse claramente, o por peligros que estamos imaginando sin motivo (al menos en el presente). En realidad, existen factores biológicos, psicológicos, familiares y sociales que suelen influir en la experiencia del miedo.

Algunas de las causas comunes o desencadenantes de nuestros temores incluyen:

  • Contextos de peligro físico, amenazas a la seguridad personal.
  • Situaciones de alta incertidumbre sobre el futuro.
  • Contextos de alta exigencia.
  • Entornos sociales con riesgo de evaluación.
  • Exposición a estímulos desconocidos o novedosos.
  • Traumas pasados, es decir situaciones de dolor pasadas no procesadas que pueden afectar nuestra visión de las cosas. Esto es especialmente llamativo en el trastorno de estrés postraumático.
  • También, el miedo es un síntoma frecuente para muchos de los principales problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad, los ataques de ansiedad, evidentemente las fobias, los problemas de autoestima, etc.

Aunque sentir temor es normal, a veces esta emoción ocupa demasiado espacio en nosotros. Así, lejos de protegernos y ayudarnos a enfrentar amenazas, nos «obliga» a vivir en un estado de alerta permanente que es necesario atender.

¿Qué es el miedo “insano”? Cuando el temor se convierte en un problema

Te cuesta tomar decisiones importantes, pero temes a enfrentarte a ese reto? ¿Tienes problemas para conciliar el sueño porque hay algo que te preocupa demasiado? ¿No sabes cómo salir de una situación o una relación que te hace daño por pánico? ¿Evitas ciertas situaciones (sociales, profesionales, etc.) por temor?

Ya lo sabemos, el miedo es una emoción sana, natural y útil, que en teoría nos activa, nos alerta, nos protege. Pero la verdad es que en la práctica hay personas que viven con temores continuos, no sanos, que en lugar de protegernos y ayudarnos en nuestro bienestar nos bloquean y torturan diariamente. Estos miedos insanos, nos hacen preocuparnos innecesariamente hasta casi obsesionarnos con algo. También nos impiden hacer cosas que sabemos que son buenas para nosotros. O nos hacen realizar comportamientos que nos avergüenzan o que sabemos que no nos vienen bien.

▷ Qué es el miedo insano: fallos en la gestión del miedo

Una correcta gestión de nuestros temores parece simple a primera vista: sencillamente hay que aprender a identificarlo, escucharlo y responder de manera eficaz. Parece fácil, pero esto no siempre es así, ¿Por qué?

Cuando no somos capaces de gestionar nuestros miedos generalmente tenemos fallos en el funcionamiento nuestro circuito cerebral del miedo. Es decir, nuestro cerebro identifica como peligrosas situaciones que no lo son. Esto suele ser por una mezcla de varios factores:

  • No hemos aprendido las habilidades básicas de gestión en nuestro aprendizaje. Quizás no nos han enseñado, o hemos crecido en ambientes temerosos, o dónde esta emoción no tenía cabida.
  • El miedo como emoción parásita: en muchas ocasiones esta emoción no es en realidad la emoción que más necesitamos atender. Y es que en ocasiones sustituimos una emoción verdadera, por otra que nos resulta más familiar o accesible. Por ejemplo, tememos a una persona, pero en realidad lo que pasa es que estamos muy enfadados con ella, pero no nos lo podemos permitir.
  • Hemos vivido situaciones difíciles que han dejado una huella de miedo en nosotros. Experiencias de crítica o humillación o abandono en contextos sociales o personales. Historias de “fracaso”, estrés, exigencia, sobrecarga, etc., en contextos laborales. Y evidentemente si hemos vivido cuestiones más graves como accidentes, abusos, violencia, negligencias, etc.
  • Puede incluso que tengamos miedo de manera hereditaria. Sabemos que las personas con muchos miedos suelen tener un familiar directo con muchos miedos.

▷ Consecuencias del miedo insano

 Vivir con miedo es agotador, seguro que ya lo has notado. Y es que no gestionar adecuadamente esta emoción puede tener varias consecuencias negativas para la salud física, emocional y psicológica. Algunas de estas consecuencias incluyen:

1. Estrés crónico: El temor constante puede desencadenar niveles elevados de estrés crónico, lo que puede afectar negativamente al sistema inmunológico, cardiovascular y digestivo.
2. Problemas de salud mental: puede contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad, como trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico o fobias específicas. O incluso la depresión.
3. Aislamiento social: El miedo puede llevar a evitar situaciones sociales o actividades que se perciben como amenazantes, lo que puede provocar aislamiento social y dificultades en las relaciones interpersonales.
4. Limitaciones en la calidad de la vida diaria: esta emoción puede limitar las actividades cotidianas y dificultar el funcionamiento normal en diferentes áreas de la vida, como el trabajo, la escuela o las relaciones personales. Y en general frenar tu bienestar.
5. Falta de desarrollo personal: No enfrentar nuestras aprensiones puede impedir el crecimiento personal y la exploración de nuevas experiencias, lo que puede limitar el desarrollo personal y profesional. Y puede provocar frustraciones personales y baja autoestima.

▷ ¿Cómo superar los miedos insanos?

Si notas que tienes miedos que no te dejan vivir tranquilo, puedes entrenarte a enfrentar a ellos y mirarlos de cara. Existen dos tipos de estrategias: las de afrontamiento y las de protección. Las estrategias de afrontamiento te permitirán comprender bien tu miedo y sus causas. También a enfrentarte a tus temores progresivamente para que puedas tomar las decisiones que sean más beneficiosas para ti. Por otro lado, están las estrategias de protección que te ayudarán para te sientas seguro en la gestión del miedo. Para que el afrontamiento a tus miedos, no sea demasiado brusco y pueda volverse en su contra.

Si quieres profundizar en ellas, te invitamos a que sigas leyendo.

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